El cambio geográfico que reescribe el comercio global
Los exportadores chinos están redirigiendo volúmenes crecientes hacia el Sudeste Asiático para evitar el impacto potencial de aranceles directos a Estados Unidos. Vayamos a los hechos: empresas de manufactura y distribución han acelerado envíos a países como Vietnam, Malasia y Tailandia, donde se ensamblan, etiquetan o reempaquetan productos antes de su tránsito a Estados Unidos y Europa. ¿Es esto una moda temporal o un cambio estructural? La respuesta apunta a lo segundo.
Esto significa que se está creando demanda sostenida de puertos, terminales y centros logísticos en esos países intermediarios. Los puertos requieren inversión física; los hubs de distribución, espacio y tecnología; y los servicios profesionales, conocimiento aduanero y capacidad para gestionar cadenas de suministro multinacionales. En consecuencia, surgen oportunidades de inversión claras en tres capas: infraestructura física, operadores logísticos especializados y plataformas digitales que facilitan el comercio.
Los beneficiarios evidentes son empresas como LAKESIDE HOLDING LTD. (LSH), que provee espacios de almacenamiento y servicios de distribución; proveedores de logística avanzada como GXO Logistics, Inc. (GXO); y grupos tecnológicos que habilitan el comercio digital, por ejemplo Sea Limited (SE), con plataformas de e-commerce y pagos que conectan actores locales y globales. Estas compañías representan exposición directa a un nuevo flujo de comercio que, por su naturaleza y costes hundidos de infraestructura, tiene probabilidad de persistir.