La carrera espacial por la conectividad global: por qué la infraestructura satelital es la próxima gran inversión

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Aimee Silverwood | Financial Analyst

6 min de lectura

Publicado el 25 de julio de 2025

Asistido por IA

Resumen

  1. Satélites LEO y infraestructura satelital reducen latencia, potenciando internet por satélite y oportunidades de inversión.
  2. Estaciones terrestres satelitales concentran valor recurrente; clave en inversión en infraestructura satelital LEO.
  3. Demanda crece por backhaul 5G por satélite, IoT satelital y servicios geoespaciales para sectores clave.
  4. Riesgos de invertir en constelaciones de satélites incluyen fallos, sobrecapacidad y regulación; diversificar exposición.

H2: Por qué la infraestructura satelital LEO importa ahora

La órbita terrestre baja (LEO) ha dejado de ser dominio exclusivo de agencias espaciales para convertirse en el escenario donde se construye una nueva columna vertebral de conectividad global. Los satélites LEO operan a altitudes mucho menores que los geoestacionarios, lo que reduce la latencia y acerca el rendimiento del internet por satélite al de la fibra. Vayamos a los hechos: se estima que el mercado de internet por satélite crecerá de 4.400 millones USD en 2022 a 18.600 millones USD en 2030, una CAGR cercana al 20%.

Esto significa que la oportunidad no es solo el hardware en órbita. La infraestructura terrestre asociada —estaciones terrestres, antenas y centros de datos— actúa como el cuello de botella estratégico por donde pasa todo el tráfico. Es aquí donde se captura valor recurrente y estable, pues cada bit que viaja por la constelación debe integrarse en redes terrestres.

H2: Aplicaciones que impulsan la demanda

La demanda viene de varios frentes: backhaul para 5G en zonas sin fibra, la masificación del IoT y sistemas autónomos en agricultura, transporte y energía. ¿Cómo se traduce esto en ingresos? Los operadores necesitarán estaciones terrestres para conectar constelaciones a la red terrestre, proveedores de datos geoespaciales para convertir imágenes en información accionable, y fabricantes de satélites para renovar y ampliar flotas.

Pensemos en ejemplos prácticos que tocan a España y Latinoamérica: conectividad para explotaciones agrícolas en Andalucía o la Meseta, comunicaciones para embarcaciones pesqueras frente a la costa peruana, o enlaces de emergencia tras un desastre natural en zonas andinas. Estos casos ilustran por qué la tecnología satelital es complementaria —no sustitutiva— de la fibra óptica.

H2: Un enfoque de inversión diversificado

Invertir en esta temática exige diversificación. Una cesta que englobe fabricantes de satélites, operadores de constelaciones, proveedores de estaciones terrestres y empresas de procesamiento de datos reduce el riesgo de depender de una sola compañía o lanzamiento. Entre nombres relevantes figuran Globalstar (GSAT), con su enfoque en IoT en mercados remotos; Iridium (IRDM), especializado en comunicaciones en tiempo real para aviación y marítimo; y Planet Labs (PL), líder en observación terrestre y análisis geoespacial.

Esto no son recomendaciones de compra, sino ejemplos de cómo segmentar exposición: hardware, transporte espacial, infraestructura terrestre y servicios de datos.

H2: Riesgos que el inversor debe considerar

No todo es crecimiento. Existen riesgos considerables: fallos en lanzamientos que destruyan activos, problemas técnicos difíciles de reparar en órbita, competencia que provoque sobrecapacidad y presión en precios, y altos requisitos de capital que limitan a nuevos actores. Además, los cambios regulatorios —desde asignación de espectro hasta normas de gestión de basura espacial— pueden alterar los costes y la viabilidad de proyectos.

La pregunta que surge es: ¿cómo mitigar estos riesgos? La respuesta pasa por la diversificación temática, análisis de balance de las compañías (caja y deuda) y vigilar hitos técnicos y regulatorios que marquen la viabilidad operativa.

H2: Conclusión

La infraestructura satelital LEO constituye una nueva columna vertebral de conectividad con potencial de crecimiento significativo, impulsada por 5G, IoT y aplicaciones autónomas. Para el inversor dispuesto a asumir riesgo moderado–alto, una cesta diversificada que cubra desde fabricantes hasta operadores terrestres y proveedores de datos ofrece exposición racionalizada al alza del mercado. Sin embargo, es crucial reconocer los riesgos técnicos, financieros y regulatorios que acompañan esta revolución tecnológica.

Si busca profundizar en cómo estructurar una inversión temática en esta área, consulte nuestra cesta: La carrera espacial por la conectividad global: por qué la infraestructura satelital es la próxima gran inversión.

Análisis Detallado

Mercado y Oportunidades

  • El mercado global de internet por satélite se proyecta en 18.600 millones USD para 2030, desde 4.400 millones USD en 2022.
  • Esto implica una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) próxima al 20 %.
  • Los satélites LEO operan a altitudes aproximadas de 300 a 1.200 millas (480–1.930 km), lo que reduce significativamente la latencia frente a satélites geoestacionarios.
  • Aplicaciones clave: backhaul para 5G, despliegue masivo de dispositivos IoT, vehículos autónomos, operaciones industriales remotas, aviación y transporte marítimo.
  • La infraestructura terrestre —estaciones terrestres, antenas y centros de datos— actúa como un cuello de botella estratégico y fuente de valor recurrente, ya que todo el tráfico satelital debe pasar por estos puntos.
  • Una estrategia temática y diversificada permite exposición a distintas etapas de la cadena de valor: fabricación y lanzamiento de satélites, constelaciones operativas, estaciones terrestres, procesamiento de datos y servicios basados en imágenes y telemetría.

Empresas Clave

  • Globalstar Inc. (GSAT): Opera una constelación LEO que proporciona comunicaciones móviles de voz y datos y soluciones para el Internet de las Cosas (IoT), enfocada en mercados remotos y aplicaciones industriales; tecnología de comunicaciones satelitales móviles; modelo de ingresos basado en servicios y suscripciones, operación intensiva en capital.
  • Iridium Communications Inc. (IRDM): Gestiona una red global de satélites para comunicaciones en tiempo real, orientada a clientes gubernamentales y comerciales, con especialización en aplicaciones marítimas, aeronáuticas y de respuesta en zonas remotas; tecnología de comunicación de baja latencia y cobertura global; ingresos recurrentes por servicios satelitales y contratos gubernamentales, con elevados requerimientos de inversión.
  • Planet Labs PBC (PL): Opera la mayor constelación del mundo de satélites de observación terrestre, ofreciendo datos geoespaciales y análisis para agricultura, logística, planificación urbana y otros sectores que requieren imágenes frecuentes de la Tierra; tecnología de sensores ópticos y procesamiento de datos; modelo de ingresos por venta de datos, licencias y suscripciones, con necesidades significativas de capital para mantenimiento y expansión de la constelación.

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14 Acciones seleccionadas

Riesgos Principales

  • Fracaso en lanzamientos que puede destruir satélites caros y retrasar servicios.
  • Problemas técnicos con hardware en órbita difíciles y costosos de reparar.
  • Competencia intensa que podría provocar sobrecapacidad y presión a la baja en precios.
  • Altos requisitos de capital, que dificultan la entrada a actores pequeños.
  • Cambios regulatorios adversos relacionados con asignación de espectro, gestión de basura espacial y políticas comerciales.
  • Evolución tecnológica rápida que podría dejar obsoletos sistemas actuales.

Catalizadores de Crecimiento

  • Creciente demanda de banda ancha en zonas rurales y remotas.
  • Necesidad de backhaul rentable para torres 5G en regiones sin fibra.
  • Iniciativas gubernamentales que promueven el acceso universal a internet.
  • Adopción en aplicaciones empresariales, como vehículos autónomos y operaciones industriales remotas.
  • Expansión del IoT que requiere conectividad para miles de millones de dispositivos.
  • Demanda de conectividad global en sectores marítimo y aeronáutico.
  • Uso por servicios de emergencia cuando las redes terrestres fallan.
  • Entornos regulatorios favorables que agilizan aprobaciones para nuevas constelaciones.

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Preguntas frecuentes

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