Sectores que tendrían viento a favor
Los recortes de tipos suelen abaratar la financiación y modificar flujos de capital. En primer lugar, los constructores de viviendas (KB Home, D.R. Horton, PulteGroup) podrían beneficiarse de una ampliación de la base de compradores. Si las tasas hipotecarias descienden, las hipotecas 30 años a tipo fijo, tan habituales en EE. UU., resultan más asequibles y sacan del mercado a muchos compradores que hasta ahora estaban al margen. Atención: el mercado hipotecario estadounidense difiere del español o latinoamericano en plazos y estructura de tipos; en EE. UU. predominan los plazos largos y tipos fijos, mientras que en España y América Latina son comunes plazos más cortos y productos variables.
Los bancos regionales también están en la ecuación. La mejora potencial proviene del margen de interés neto (NIM), que es la diferencia entre lo que cobran por préstamos y lo que pagan por financiación. Si sus costes de fondeo caen más rápido que las tasas que aplican a clientes, el spread se comprime a su favor y los márgenes pueden recuperarse. Sin embargo, un deterioro excesivo de la economía podría aumentar la morosidad y presionar provisiones.
Las compañías de servicios públicos constituyen otra categoría de interés. Menores costes de deuda reducen su carga financiera; además, cuando la rentabilidad de los bonos públicos cae, muchos inversores rotan hacia empresas con dividendos estables. Este flujo puede sostener precios en un entorno de tipos a la baja.
Por último, en entornos de incertidumbre empresarial suele crecer la demanda por soluciones de eficiencia operativa y por personal temporal. Las compañías que ofrecen tecnología para optimizar procesos y agencias de staffing suelen ver actividad adicional, pues las empresas buscan reducir costes sin frenar la actividad.