Los reyes del catálogo: por qué la joint venture de Warner y Bain cambia las reglas
Warner Music Group y Bain Capital han creado una empresa conjunta valorada en 1.200 millones de dólares —unos 1,1–1,2 mil millones de euros, a modo orientativo— para adquirir catálogos musicales. Vayamos a los hechos: esta operación es más que una compra de derechos. Es la validación de un activo emergente que los inversores institucionales comienzan a tratar como una clase de activo premium.
El streaming lo cambió todo. Los servicios de música han transformado las reproducciones en flujos de caja medibles y relativamente previsibles. Esto convierte a ciertos catálogos en generadores de ingresos recurrentes, parecidos a una anualidad, con pagos por royalties que llegan mes a mes. ¿Por qué importa? Porque los gestores de patrimonio y los fondos buscan cada vez más activos que ofrezcan diversificación y flujos estables fuera de la renta fija tradicional.
La entrada de capital privado en masa, con un actor como Bain al frente, legitima la hipótesis. Cuando un fondo con capacidad de apalancamiento y redes institucionales se asocia con una discográfica experta en explotación y marketing, el mercado recibe una señal clara: los derechos de música son inversiones que merecen precios de mercado. Eso eleva valoraciones no solo de grandes discográficas, sino también de editoras, distribuidores y de titulares independientes.
Los Reyes del Catálogo: la apuesta de mil millones de dólares de Warner y Bain